Cuidados y mantenimiento de un camaleon Furcier Pardalis
Furcifer pardalis
Se trata de una especie de camaleón que habita los bosques tropicales de Madagascar. Puede llegar a los
45 cm de longitud, siendo las hembras generalmente más pequeñas que los machos. Están adaptados a
vivir en un ambiente arborícola y suelen hacerlo de manera solitaria, a excepción de las épocas de cría.
Instalación:
Debe adaptarse a el tamaño de cada individuo, cuanto más grandes mejor, siendo las medidas mínimas
necesarias 120 x 50 x 70 cm. En este tipo de camaleones, la instalación debe ser más alta dada su
naturaleza arborícola. Debemos proveerles de plantas (artificiales o naturales, siempre que no las ingiera)
en las que pueda trepar y esconderse, teniendo en cuenta que el diámetro de las ramas no sea demasiado
ancho para sus “manos” pero que pueda aguantar su peso.
Al ser animales solitarios, lo ideal sería mantener uno por terrario para evitar agresiones y competencia
por la comida.
Debemos poder controlar al camaleón visualmente sin necesidad de mover el mobiliario o las plantas, por
lo que no debemos sobrecargar el terrario con decoración. El acceso a la instalación debe ser fácil y
seguro para evitar escapes de los animales.
Debemos proveer de una ventilación adecuada para evitar exceso de humedad en el ambiente y la
proliferación de organismos patógenos para nuestro animal, esto lo podemos conseguir mediante terrarios
en los que una de las paredes o el techo sean de alambre fino (siempre que podamos conseguir la
temperatura adecuada y vigilando que los extremos sean romos para evitar heridas en nuestra mascota).
El sustrato ideal será fibra de coco (de pequeño tamaño) o sphagnum (tipo de musgo que retiene muy bien
el agua)
Son animales ectotermos, por lo que necesitan una fuente de calor externa para regular su temperatura
corporal. Debemos proveerles de un gradiente térmico para que ellos elijan dónde quieren estar en cada
momento. Para ello podemos usar bombillas de luz, calentadores cerámicos y mantas calefactoras. Lo
ideal sería proveer dos tipos de calor, una que determine la temperatura ambiental (manta calefactora, de
la que podemos prescindir si llegamos a suficiente temperatura sin ella) y otra que simule el calor del sol
(bombilla cerámica o de luz en la parte superior del terrario). Siempre debemos asegurarnos de que las
fuentes de calor estén protegidas para evitar el contacto directo de los animales con las mismas y las
consecuentes quemaduras. Debemos tener un termostato o un termómetro dentro del terrario para
controlar en todo momento la temperatura (idealmente, uno que mida la temperatura mínima y máxima
para tener un buen control de la misma). Durante el día debemos tener un gradiente de 27-29º y por la
noche no debe bajar de 24º.
Necesitan un ciclo de luz y oscuridad, que en especies no reproductoras puede ser de 12 horas de
oscuridad y 12 horas de luz.
La humedad ambiental se puede medir con higrómetros y debe estar alrededor del 80%. Podemos
conseguir este porcentaje realizando 2 o 3 nebulizaciones al día, instalando un sistema de goteo o con
recipientes de agua.
Es muy importante proporcionarles una fuente de luz ultravioleta para que puedan sintetizar la vitamina D
y evitar patologías muy graves. Para ello debemos colocar una bombilla UVB a 50cm del animal situada
en la zona central y cambiarla 2 veces al año.
Los camaleones no reconocen un recipiente como fuente de agua, si no que beben las gotas que quedan en
las hojas de los árboles. Por lo que será necesario realizar 2-3 nebulizaciones al día o un sistema de goteo
situado en la parte superior del terrario por el que el animal pueda beber.
La higiene y limpieza en el terrario es fundamental para evitar enfermedades en nuestras mascotas. Todos
los objetos que se vayan a introducir deben ser limpiados antes de introducirlos. Debemos cambiar con
frecuencia los recipientes de agua y el sustrato de nuestro terrario.
Dieta
Debemos adecuarla a la edad, tamaño y época del año. Si se da presa viva debemos asegurarnos que se la
coma, nunca dejar sin supervisión porque pueden provocarle heridas o escaparse. En caso de que nuestro
animal lo necesite se pueden espolvorear los insectos con suplementos o alimentarlos con suplementos
antes de ofrecérselos. Debemos asegurarnos de que no ingiera sustrato con la comida. Podemos
alimentarlos con langosta, grillos, saltamontes, gusanos de la miel y cucarachas, siempre acordes a su
tamaño.